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Declarados justos

  • Foto del escritor: GrupodeGracia
    GrupodeGracia
  • 2 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

“siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús”

‭‭Romanos‬ ‭3:24‬ ‭LBLA‬‬

En el último informe de la fiscalía del ministerio público nacional, entre los meses de enero y marzo del 2020, se ingresaron 360.284 delitos, de los cuales un 40,2% son personas reincidentes, mientras que el 59,8% son imputados nuevos o desconocidos [1]. De ellos un gran porcentaje fue condenado mediante las diferentes instancias judiciales pertinentes; es decir, el pago por sus delitos.

Si pensamos un poco en lo anterior, probablemente muchos de estos imputados merecen la condena impartida por los jueces; incluso, a algunos nos podría dar una sensación de satisfacción ver que se castigan delitos de los que probablemente hemos sido víctimas.


Esta condición se asimila un poco a la situación de condenación en la que se encuentra sometido este mundo caído, con la salvedad que esta condena es impartida por Dios y tiene consecuencias eternas. Cuando vemos que un criminal recibe un justo juicio y es condenado por sus actos perversos ¿por qué podríamos pensar que el mundo en su pecado no merece condenación? La verdad es que la Palabra nos señala que el Eterno y Justo Dios ya ha impartido esa condenación a raíz de la culpabilidad en la que se encuentra.


El teólogo Dr. R.C. Sproul nos dice que incluso los niños se encuentran en un estado de corrupción: “Ellos [hablando de infantes] son inocentes en el sentido de que todavía no han desarrollado un sentido moral y una capacidad moral para cometer lo que llamamos “pecado como tal”, pero la pregunta es, ¿han nacido en un estado corrupto, en un estado de corrupción moral, en un estado de pecado? Y creo que la Escritura enseña de forma uniforme que la respuesta es sí.” [2]

Cuando leemos los primeros tres capítulos de la carta a los Romanos, queda en evidencia la deplorable condición del ser humano y la consecuencia final de su pecado,

como relata el versículo 32 del capítulo 1: “los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican” (énfasis agregado). Aquí podemos notar que la condición es de completa muerte y la condenación ya ha sido impartida a aquellos que no reconocen a Jesús como su salvador. Quien no cree en Jesús como Señor y salvador de su alma, verdaderamente ya ha sido condenado, como señala el evangelio de Juan: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (San Juan‬ ‭3:18‬ ‭RVR1960).


Ahora bien, el plan de Dios se ha revelado desde el comienzo de la historia del ser humano por allá en Génesis, y también mediante los diferentes pasajes y vivencias del pueblo de Israel.

A pesar de la condenación entregada a nuestros primeros padres y la sentencia por el pecado que vemos en el capítulo 3 de Génesis, es precisamente en ese mismo extracto de las Escrituras que se nos relata la promesa de redención. Podemos ver que la redención del ser humano es impartida desde el comienzo de la creación.

Notemos por un momento que Dios utiliza sólo dos capítulos de las Escrituras para redactar la creación, luego de ello, el desarrollo de la biblia en su totalidad se centra en el Plan Redentor de Dios.


Debemos resaltar lo grandioso de la promesa de redención nombrada anteriormente, ya que el estado de corrupción y muerte espiritual en que nos encontrábamos, como señala Efesios 2:1, ha sido aplacada en su totalidad por Jesús en la cruz (Efesios 2:13-16; Romanos 6:23; Romanos 8:1-2; Romanos 5:6-10). Así también está escrito en ‭‭Romanos‬ ‭5:8‬: “¡Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (LBLA).


El orador Martyn Lloyd Jones añade: “Este es el mensaje del versículo 24 de Romanos 3: “Siendo justificados (considerados, declarados, pronunciados ‘justos’) gratuitamente por su gracia, por la redención (el rescate) que es en Cristo Jesús; al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre” (Rom. 3:24-25). De este modo, Él declara su justicia por haber pasado por alto estos pecados en su tiempo de autorefrenamiento. “Con la mira de manifestar” su justicia entonces, y ahora, y siempre al perdonar pecados. De esta manera Él es, el único y al mismo tiempo, el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” [3]


Lo central de este escrito es entender que ser “declarado justo” está arraigado a la obra de Jesús en la cruz. Es parte de la promesa de redención de Dios y, por sobre todo, por Su soberana voluntad. Somos declarados justos por lo que Cristo hizo en favor nuestro. 

Para concluir, quiero que medites en este texto de las escrituras, donde Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (San Juan 5:24 RVR1960).

REFERENCIAS:

  1. BOLETÍN ESTADÍSTICO - I TRIMESTRE Enero - marzo 2020 - delitos ingresados al ministerio público - Gobierno de Chile.

  2. Artículo “Adán, nuestro representante” por el Dr. R.C. Sproul - es.ligonier.org. 

  3. LA CRUZ DE CRISTO (LA VINDICACIÓN DE LA CAUSA DE DIOS); D. M Lloyd Jones

Por Claudio Pailamilla Vera perteneciente a la Iglesia CEGAD de San Antonio, casado con Constanza padres de Facundo.

 
 
 

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